«La mejor forma de entender el Karate-do es, no sólo practicar los kata, sino conseguir entender el significado de cada uno de ellos.»

FUNAKOSHI Gichin

Bunkai significa “análisis” o “desglose”. En Karate-do se llama bunkai a la aplicación de las técnicas de los kata.

El kata es lo más importante en el entrenamiento de Karate. Pero para que el trabajo de kata tenga sentido más allá del mero ejercicio físico se debe conocer su significado. Si no se conoce la utilidad y el uso apropiado de cada técnica, el kata está vacío, sólo es una coreografía.

En muchas ocasiones la aplicación básica de una o varias técnicas de un kata puede parecer evidente. Sin embargo, para muchas otras técnicas, de la forma en la que aparecen y se practican en los kata, resulta difícil imaginar una buena aplicación, eficaz y realista.

Observando cualquier kata desde un punto de vista actual y algo crítico, y pensando en la aplicación de sus técnicas, podemos darnos cuenta de una serie de aspectos interesantes:

  • Normalmente todas las técnicas, incluidas las paradas, se realizan avanzando… ¿tiene sentido avanzar directamente hacia un ataque que pretendemos evitar?
  • Cuando aparecen varias paradas seguidas avanzando (algo muy frecuente), ¿significa esto que el supuesto agresor nos ataca retrocediendo y nosotros evitamos su ataque yendo hacia él?
  • Después de una parada, el adversario debe haber quedado a una distancia reducida de nosotros… ¿es lógico tener que realizar un amplio desplazamiento avanzando para llegar hasta él con el ataque que normalmente sigue a la parada en el kata?

Estos son sólo algunos de los ejemplos más claros de conflictos que surgen hoy en día a la hora de intentar aplicar las técnicas si se pretende ser fiel al kata y no alterar la forma en que se nos presentan los movimientos.

Podemos pensar que el kata es solamente un ejercicio formal, una forma de entrenamiento. A la hora de intentar aplicar sus técnicas uno debería ser capaz de adaptarlas a la situación y buscar y encontrar distintas posibilidades. El kata ofrece un ejemplo de aplicación, pero cualquier otra interpretación de las técnicas que seamos capaces de encontrar será igualmente correcta siempre que tenga sentido y eficacia.

«La práctica de los kata tiende a conducir a la comprensión del verdadero valor de los movimientos como técnicas de autodefensa.»

HIRONISHI Genshin

Estos problemas podrían ser fruto de la restringida transmisión del Karate en el pasado. Se dice que antiguamente los maestros codificaban las técnicas en los kata, de forma que, a pesar de que cualquiera podría copiar e imitar los movimientos con relativa facilidad, no podría descubrir la esencia, el valor real de las técnicas, sin conocer “la clave”. Quizá por esta razón podemos encontrar muchas secuencias de técnicas en los kata para las que nos resulta difícil encontrar sentido pensando en aplicarlas a una situación real.

Aunque la aplicación básica de muchos movimientos puede parecer evidente y efectiva, podríamos pensar que en realidad puede que no sea más que una fachada que oculta mucho más tras de sí para aquellos que son capaces de mirar con otros ojos, o les ha sido revelada la intención real de los movimientos. Y de la misma forma, para aquellos que no llegan a profundizar en la práctica, el trabajo de kata no es más que una coreografía que, si bien es cierto puede tener gran valor como ejercicio físico si se entrena con intensidad, se podría decir que aporta escasa preparación (o al menos no la más adecuada) para poder desenvolverse con éxito en una situación real de violencia.

Los antiguos maestros no tenían estos conflictos porque conocían y entendían el significado del kata. De hecho, ésta era la razón de ser de los kata, no podía ser de otra forma. El Karate se practicaba como Arte Marcial, y sin poder aplicar las técnicas carecería de sentido. No es lógico ni acertado pensar que los antiguos maestros perdían el tiempo con técnicas que no funcionaban.

Con la transmisión del Karate a las masas a partir del siglo XX, la enseñanza individual y personalizada se perdió, y al parecer también con ella la tradición del bunkai. Los kata también sufrieron alteraciones, y se practicaron ampliamente, pero como se siguen practicando hoy: hasta asimilar la técnica y la forma, sin prestar atención al significado.

No es de extrañar entonces que en la actualidad fracasemos muchas veces a la hora de intentar encontrarle sentido al kata (si es que alguna vez se lo buscamos); y nos tengamos que conformar con aplicaciones poco realistas y de escaso sentido, o tengamos que alterar el kata para poder extraer algo mínimamente razonable de sus movimientos.

Enfoque actual

Actualmente es común encontrar el trabajo de bunkai desarrollado de varias maneras:

I.- Fidelidad absoluta con el kata

La persona que realiza el bunkai lo hace ejecutando el kata con exactitud, con la particularidad de que un asistente realizará una o varias técnicas (normalmente de ataque) contra las cuales se aplicará cada movimiento del kata.

En este nivel cada técnica es exactamente lo que parece, no hay aplicaciones profundas ni sofisticadas. Esta forma de realizar el bunkai se considera la más rígida, y por tanto la más pobre, ya que la restricción de mantener íntegro el kata implica tener que realizar las técnicas tal y como aparecen en el mismo, con las mismas posiciones, direcciones y desplazamientos que dicta el kata, perdiendo así realismo.

Consideramos que este tipo de trabajo es “poco realista”, y ciertamente lo es. Sin embargo, el problema puede que no se encuentre en intentar aplicar los movimientos del kata tal y como aparecen en él, sino en intentar aplicarlos, en base a una mala interpretación fruto del desconocimiento, de una forma y contra ataques y situaciones para los que no fueron diseñados. Es lógico entonces, que el resultado que se obtiene carezca de sentido.

II.- Compromiso entre “formalidad” y “realidad”

El siguiente paso es “corregir” aquello que hace que el kata no sea realista, manteniendo no obstante las posiciones y direcciones tal y como aparecen en el kata. De esta forma surgen una serie de “reglas” o “fórmulas” para el bunkai:

  • Las paradas normalmente se realizarán retrocediendo, ya que no tiene sentido avanzar hacia un ataque.

Para mantener esta norma en los giros, éstos se realizarán en la misma dirección pero pivotando sobre el pie contrario al utilizado en el kata (“escapando” del ataque).

  • En los ataques se podrá alterar el desplazamiento y la técnica buscando aquellos que permitan su ejecución a una correcta distancia del oponente.

Por ejemplo, si el kata dicta que el siguiente movimiento a realizar es oi-zuki con un amplio desplazamiento en kae-ashi o zenkutzo-dachi pero nos encontramos a una distancia muy reducida del oponente tras haber detenido su ataque, deberíamos realizar, en lugar del oi-zuki, un gyaku-zuki (o tate-zuki o ura-zuki) y un corto desplazamiento en yori-ashi, o simplemente no desplazar en absoluto si no es necesario porque la distancia ya es la correcta para nuestro contraataque.

  • Las técnicas que se repiten en el kata pueden reducirse a una única acción en el bunkai.

En el kata aparecen con frecuencia secuencias de varias técnicas iguales seguidas (3 oi-zuki, 3 shuto-uke, etc.), algo que parece no tener demasiado sentido a la hora de realizar el bunkai. Sin embargo, resulta muy interesante aplicar varias veces en el bunkai la misma secuencia de técnicas si se hace buscando una interpretación diferente de las mismas.

Si pensamos que el kata es sólo un ejercicio formal para aprender y practicar las técnicas, y que dichas técnicas deben ser adaptadas a la hora de aplicarlas, ésta es una aproximación al bunkai razonable.

No obstante, si pensamos que los kata originalmente enseñaban no sólo técnicas, sino también la forma de aplicarlas, nos encontramos en una situación en la que estas alteraciones que con nuestra mejor intención realizamos sobre el kata para poder aplicarlo no son más que el producto de una falta de conocimientos y un intento por tratar de devolver sentido a algo que ya lo tenía, pero lo ha perdido (o todavía lo tiene pero no alcanzamos a entenderlo).

Esta vez alteramos el kata para poder defender satisfactoriamente unos determinados ataques, pero, entre otras cosas, puede que sigamos cayendo en el error de teniendo la respuesta (la técnica del kata), estar formulando mal la pregunta (el ataque), y sigamos intentando aplicar las técnicas de una forma y contra ataques o situaciones para las que no fueron diseñadas.

III.- Total libertad al aplicar las técnicas

Se rompe por completo la rigidez del kata (direcciones, giros, desplazamientos, posiciones, etc.), sólo permanecen las técnicas. Las paradas pueden interpretarse como ataques; los giros como derribos o proyecciones; las posiciones, desplazamientos y direcciones son totalmente libres, así como los ataques del oponente. En esta versatilidad y libertad es precisamente donde se considera que se encuentra la riqueza del bunkai en esta aproximación.

La única restricción en este nivel, supuestamente el más elevado de los descritos hasta el momento, es que las técnicas que se apliquen sean las que aparecen en el kata cuyo bunkai estamos realizando (de lo contrario el trabajo pasaría a ser simplemente kumite libre, ya que no quedaría ningún vínculo con el kata). La forma de aplicar las técnicas, sin embargo, es totalmente libre.

  • Se pierden las posiciones: cada técnica puede y debe realizarse en una posición natural versátil que se adapte a la situación y proporcione la máxima eficacia.
  • Se pierde el enbusen (línea de realización del kata): los ataques pueden proceder de cualquier dirección.
  • El oponente puede atacar indistintamente por el lado derecho o izquierdo. Las formas omote y ura del kata se fusionan, únicamente importa la técnica a aplicar, y se aplicará por el lado que corresponda según la situación, según el ataque del adversario.
  • Las paradas pueden aplicarse como ataques, los giros como proyecciones, secuencias de técnicas que van separadas en el kata pueden aplicarse de manera conjunta y viceversa…

Este enfoque tiene fundamentos interesantes pero su ventaja es también su mayor inconveniente, ya que se suele abusar de la libertad y se rompe tanto con el kata que resulta imposible ver la correspondencia con él (si es que queda alguna). Se tiende a pensar que la aplicación de una técnica es tanto mejor cuanto más llamativa, original o enrevesada, y no se duda en añadir técnicas que no aparecen en el kata si se considera necesario. Llegados a este punto deberíamos considerar que a menudo “la respuesta más simple es la más acertada”, con lo que puede que en ocasiones un harai-otochi sea simplemente un harai-otochi (aunque no necesariamente tiene que utilizarse para parar un mae-geri).

Desde el punto de vista de un practicante actual intentar aplicar las técnicas de los kata tal y como aparecen en ellos se considera un error, o al menos una pobre interpretación. Según esta manera de pensar, a la hora de aplicar las técnicas no sólo se puede sino que se debe romper la rigidez del kata para obtener resultados realistas.

No obstante, no deberíamos dejar de pensar en la posibilidad de que si nos vemos obligados a alterar kata para encontrarle sentido y poder aplicar sus técnicas, seguramente será porque no lo hemos entendido. Si las técnicas, tal y como aparecen en los kata, no parecen tener demasiado sentido ni pueden ser aplicadas de forma realista a no ser que las modifiquemos, ¿qué sentido tiene seguir practicándolas de esa manera? ¿Por qué en los kata aparecen así si de esa forma no pueden ser utilizadas?

Los tres enfoques descritos tienen puntos interesantes, pero ninguno es del todo correcto. Ciertamente han surgido algunas ideas bastante “extrañas” con respecto al bunkai, pero hay que reconocer que son el resultado de un intento bienintencionado por dar sentido a los kata, que lamentablemente no nos han sido transmitidos con toda la información que habría sido deseable. Es sorprendente comprobar hasta qué punto se llega a alterar libremente el kata para aplicarlo, y también cómo se asume que esta es la única opción “correcta”, o al menos la mejor que podemos llegar a obtener con la información de que disponemos. Pero seguramente siempre será mejor opción que conformarse con las típicas y absurdas “aplicaciones inaplicables”.

«Primero; los kata de todos los sistemas nunca se desarrollaron para ser aplicados contra otros karatekas haciendo técnica estándar de Karate, así que muchos de los presuntos “bunkai” que vemos donde una persona realiza un gyaku-zuki y el otro aplica una técnica del kata son fundamentalmente defectuosos.

Segundo; como muchos de los ataques son vistos como ataques por sorpresa, el alcance será inevitablemente corto. Únicamente en los encuentros de competición el atacante permanece alejado y viene hacia ti desde el frente.

Tercero; los agarres, tanto por parte del atacante como del defensor, se presuponen. Muchas “paradas” son de hecho golpes/palancas aplicados contra las articulaciones de los atacantes. El hikite del defensor tiene poco que ver con la “reacción” pero mucho que ver con controlar/desequilibrar al atacante.

Los profesores okinawenses en general no han estado preocupándose por las consideraciones de la competición así que entienden que refriegas a corta distancia tendrán lugar. Los profesores japoneses saben esto tan bien como cualquiera, pero como están influenciados en gran medida por el deporte, los árbitros intervienen y detienen la acción cuando los competidores llegan a corta distancia. Esto ha tenido una fuerte influencia sobre los métodos de entrenamiento y percepciones, hasta el punto de que aquellos que no tienen ningún interés en las competiciones todavía entrenan en el formato de competición.

Una vez estuve enseñando en un curso y estaba mostrando el uso de agarrar del pelo y girar/controlar la cabeza (Bassai Dai, Hangetsu, Sanseiryu, etc., etc.). Un joven cinturón negro de Shotokan dijo que aquellas técnicas “no eran Karate” ya que los árbitros no las permitirían. Le pregunté cuántos árbitros había en una pelea/atraco en la calle y se quedó desconcertado, esta faceta del Karate al parecer nunca le había pasado por la cabeza.

La distancia no sólo la controla el defensor, también viene impuesta por el atacante. Goju tiende a la distancia corta porque ahí es donde la mayor parte de la lucha tiene lugar. La distancia media o larga es más adecuada cuando se utilizan armas, y las distancias más largas del Shotokan reflejan de alguna forma la influencia del Kendo y las metodologías del Kendo en el Karate japonés. Sin embargo, el Goju también utiliza técnicas de larga distancia y posiciones largas y profundas, mirar Kururunfa por ejemplo, y los kata Shotokan incluyen técnicas de distancia corta, por ejemplo Sochin, Chinte, Tekki. Creo que la diferencia esencial no tiene que ver con la distancia; sino que las versiones más antiguas del Goju okinawense no han sido tan influenciadas por las consideraciones de la competición, mientras que mucho Shotokan está basado en las condiciones y reglas de la competición.

Independientemente del estilo o sistema, todas las aplicaciones de los kata están ligadas a los conceptos de “flotar/hundir/tragar/escupir” que se encuentran en los sistemas de boxeo de Fukien. Esta es la herramienta crítica utilizada para analizar/desenredar los principios que sustentan las estructuras de los kata.

“Flotar” es hacer que el oponente pierda su robustez/equilibrio. “Hundir” es hacer caer su peso (por ejemplo un derribo). “Tragar” es absorber/desviar/redirigir su fuerza/técnica/energía. “Escupir” es empujar/golpear para apartarlo. Los manuales de boxeo sobre sistemas de Fukien (y otros) hacen referencias constantes a estos principios/conceptos, y muchas de las secuencias en los kata siguen este patrón, encontrando el ejemplo más evidente en el kata de Goju, Shisochin. Bassai Dai también puede interpretarse utilizando tres de estos principios en orden.

El kata realizado correctamente es defensa personal y bunkai son los métodos más efectivos que conocían los creadores/maestros del kata. El kata realizado por sí solo es ‘kihon’; aplicar el kata contra ataques no del tipo Karate es defensa personal (bunkai). Esta es la razón por la que profesores como Gichin Funakoshi, Kenwa Mabuni, etc., etc., constantemente señalaban el hecho de que Karate es kata, kata es el corazón de lo que hacemos. Una vez se pierde el vínculo entre kata y aplicación entonces el kata tiene poco sentido, como un libro escrito en un idioma que no puedes leer.

Los kata que han sido distorsionados para torneos… posiciones excesivamente profundas, pausas largas y teatrales, movimientos exagerados para complacer a una multitud o ajustarse a algún ideal estético, lamentablemente apartan a los karatekas de lo que es realmente importante, que es aplicar el kata de forma realista y sensata… nada de saltar por encima de espadas, etc., etc.»

Harry Cook

El verdadero sentido del kata

Dominar las técnicas del kata es poder utilizarlas, no conseguir que tengan una cierta estética cuando se lanzan al aire.

Conocer los movimientos de un kata pero no conocer sus aplicaciones es no saber ni poder utilizar sus técnicas, y por tanto es no saberse el kata.

«El kata es sin duda el área peor entendida de la práctica de Karate. […]

Todo lo que se necesita para poder entender y aplicar las técnicas de lucha originales del Karate está registrado en los kata. Sólo es necesario ser capaz de acceder a esa información.»

Iain Abernethy

Identificación del problema

Actualmente se presta atención únicamente a los movimientos, a la forma externa del kata; el uso y aplicación de las técnicas no parece ser demasiado importante.

En este contexto el kata se convierte en un “kihon” (combinación básica de técnicas) más o menos largo y exótico, perdiendo su significado. Como resultado, los practicantes, e incluso los profesores, llegan a ser completos desconocedores del sentido de las técnicas que tantas veces repiten. Se percibe que el kata es importante, pero no está muy claro el por qué.

Cualquiera estaría de acuerdo en que el objetivo lógico del Karate es conocer el significado de las técnicas y poder utilizarlas. No obstante, el entrenamiento de bunkai ocupa poco tiempo de las clases (si es que alguno), y está mal enfocado. El trabajo de “bunkai” se realiza sobre todo como representación teatral para competiciones, exámenes de grado y exhibiciones. Este trabajo tiene lógica dentro del marco del Karate actual, pero ni es correcto ni tiene sentido. El karateka que demuestra el “bunkai” suele enfrentarse a varios adversarios que esperan pacientemente su turno para atacar desde una distancia inadecuada con técnicas de Karate sin ninguna intención de alcanzar su objetivo. En la mayoría de las ocasiones las aplicaciones demostradas serían absolutamente inaplicables en una situación real, pero al parecer lo importante no es que las técnicas funcionen, sino que lo parezca. Pocos practicantes se detienen realmente a pensar y probar si sus técnicas serían realmente útiles en un escenario más realista.

Sin duda, el enfoque deportivo ha tenido mucho que ver para llegar a esta situación. Los objetivos de la competición no son los mismos que los del Karate Tradicional y esto inevitablemente ha tenido gran repercusión en la forma de enseñar y de entrenar. Conocer las aplicaciones de las técnicas no es en absoluto necesario para poder realizar kata como rutina gimnástica en la competición, y tampoco tiene ninguna utilidad en el formato del kumite deportivo. De esta forma, el trabajo de bunkai pierde sentido, se va relegando a un segundo plano, y se acaba perdiendo.

Sin embargo, aunque la competición no ha contribuido a mejorar la situación, el origen del problema es anterior al desarrollo del Karate como deporte. Cuando el Maestro ITOSU Ankoh consiguió que el Karate fuera incluido en el programa de educación física del sistema educativo de Okinawa en la primera década del siglo XX, consideró que era demasiado peligroso para ser enseñado a los niños. Se ocultaron las técnicas más peligrosas y se enseñaron como básicamente bloquear y golpear. También cambió la forma de enseñar. El énfasis se colocó en el entrenamiento físico a través de la práctica de kata en grupo, y no se recibía instrucción en las aplicaciones combativas asociadas a los movimientos.

Así se empezaron a enseñar los kata sin sus aplicaciones, cuando la práctica tradicional había sido aprender el kata y cuando se tenía suficiente nivel y la confianza del maestro, se enseñaban las aplicaciones.

Castillo de Shuri (Okinawa).

«La mayoría de los practicantes de Karate de hoy practican el arte al estilo de los niños y no como el arte efectivo de combate que pretendía ser originalmente. […]

Los kata contienen todos los principios y métodos del arte de lucha original. Si deseamos practicar el Karate original, lo único que necesitamos hacer es alterar la forma en la que enfocamos los kata.»

Iain Abernethy

Cuando el Karate llegó a las islas principales de Japón unos años más tarde, se continuó con este enfoque de Karate como actividad física y disciplina, relegando a un segundo plano la faceta del Karate como sistema de lucha. Se realizaron grandes esfuerzos por parte de los pioneros para que el arte okinawense gozara del mismo reconocimiento que el Judo y el Kendo, disciplinas que ya empezaban a desarrollarse como deportes japoneses. Por otro lado, el Karate se desarrolló principalmente en las universidades, y los jóvenes universitarios, la mayoría de los cuales tenía experiencia previa en Judo y Kendo, deseaban practicar Karate de la misma forma.

«El kata es importante, ya que es bueno para desarrollar entrenamiento de músculos fuertes y movimiento flexible. Es importante practicar kata despacio, después aumentar la velocidad gradualmente. Esto está basado en la experiencia personal, ya que, cuando era más joven no teníamos interés en el kata, sólo kumite. Pero, yo critico a O’Sensei (Funakoshi) por esto, ya que su idea del Karate era como gimnasia y no como arte marcial. Así que cuando hacíamos preguntas él respondía inmediatamente, simplemente sacando sus propias ideas; así que los estudiantes empezaron a cometer errores y el kata era de poco valor para el kumite real. Como resultado, perdimos interés en el valor del kata. Si hubiésemos practicado kata correctamente como he descrito previamente, entonces, ¡si ocurre una situación real podemos utilizarlo inmediatamente!»

HARADA Mitsusuke

 

«Funakoshi Sensei desarrolló el Karate como un ‘do’ en contraposición a un jutsu. Funakoshi Sensei modificó los kata para que fueran más exigentes físicamente y más enfocados a la dinámica corporal y la belleza. Esto permite al alumno centrarse en derrotar a su oponente moderno más peligroso, él mismo. Esta transición de ‘jutsu’ a ‘do’ era también necesaria para traer el Karate al Ministerio de Educación de Japón para ser enseñado en las escuelas. Esto permitió al Karate-do crecer y finalmente ser practicado por millones de alumnos como lo es hoy. Así que en la transición del Karate de ‘jutsu’ a ‘do’, algo se perdió, pero se ganó algo mucho más grande. El budo está todavía en nuestros kata de todos modos. Si entrenas duro y estudias profundamente, encontrarás que la mayoría de principios y técnicas originales están todavía vivos y bien. Simplemente tienen un aspecto diferente… Los alumnos deberían aprender bunkai a la vez que aprenden y entrenan los kata.»

ABE Keigo

 

«El kata es una forma de entrenamiento, un combate real es una situación totalmente diferente.»

FUNAKOSHI Gichin

«El énfasis sobre el entrenamiento en las universidades estaba en desarrollar técnicas básicas precisas y habilidad en los métodos de combate libre, así que las sesiones de entrenamiento enfatizaban muchas repeticiones de técnicas básicas y varios tipos de combate. El entrenamiento de kata se utilizaba como una forma de fundamentos, y como un método de acondicionamiento físico en lugar de un método de entrenamiento para el combate real. Entre los alumnos universitarios el viejo método de desarrollar habilidades para la defensa personal aprendiendo a aplicar los kata parece o bien haber ocupado un lugar menor en el entrenamiento o haber sido completamente ignorado. Esto era debido a dos factores; la falta de conocimiento de kata entre los instructores, que habían olvidado los kata durante los años de la guerra, y el desarrollo de las técnicas de combate libre y el Karate de competición.

[…]

A principios de los años 1950s el Shotokan se practicaba principalmente en las universidades y los alumnos universitarios japoneses simplemente no tenían tiempo de explorar el bunkai del kata para desarrollar habilidades de lucha. Como en los dojos universitarios de Kendo y Judo, métodos de combate basados en competición reemplazaron al enfoque más antiguo centrado en kata.»

Harry Cook

¿Por qué es importante el kata?

«Los kata son muy importantes, fortalecen el cuerpo, acondicionan la mente, entrenan el espíritu, aumentan la coordinación, mejoran los reflejos y permiten el contacto con el pasado. Son la esencia del Karate-do.»

HARADA Mitsusuke

Como dice HARADA Mitsusuke, los kata son buenos para fortalecer los músculos y agilizar el cuerpo. Es cierto, pero no es en su valor como ejercicio gimnástico donde se encuentra la esencia del kata.

Los fundadores crearon los kata para transmitir las técnicas y habilidades necesarias para protegernos de un ataque violento. Los kata ofrecen al karateka muchos otros beneficios aparte de habilidades efectivas para la lucha (mejora de la salud, mayor control físico y mental, más auto-confianza, disciplina, etc.). Pero aunque puede que estos beneficios bien merezcan la pena, no son el propósito primario del kata. El propósito primordial del kata es permitirnos infligir dolor a nuestros agresores en respuesta a actos de violencia no provocados.

Los kata “permiten el contacto con el pasado” y “son la esencia del Karate-Do” porque en ellos se encuentran almacenadas todas las técnicas del arte. Técnicas que fueron concebidas y probadas con un único objetivo: poder ser utilizadas, ser útiles y efectivas en la lucha, en una situación de defensa personal, en una situación real de violencia.

El objetivo fundamental del Karate como Arte Marcial no puede ser otro que poder utilizar sus técnicas con eficacia, y ese es también el objetivo del kata. Por eso, “kata es Karate y Karate es kata“.

El valor del Karate se encuentra en el kata; el valor del kata se encuentra en sus técnicas; y el valor de las técnicas yace, no en su forma, sino en el significado (aplicación) de las mismas.

«Kata original es el almacén de la sabiduría, técnicas y estrategias que se debe practicar para sus aplicaciones reales. Lo importante es que sea funcional y simple, el combate real se acaba sólo en unos segundos. Pero cuidado, la mayoría de los kata que se practican actualmente ya no son originales, por lo tanto, no contienen ninguna aplicación real. Para estudiarlo de verdad, se ha de buscar la forma original de cada kata.

[…]

Kata nacieron para perfeccionar aplicaciones reales de combate, pero la mayoría de los actuales no sirven, han sufrido demasiados cambios sin sentido.»

KUNO Yasushi

 

«El kata constituye el arsenal de los recursos con que cuenta el Karate. […] Hay quien sólo practica kumite y nunca hace kata. También hay quien afirma haber inventado nuevas técnicas. Pero quien de verdad investiga la técnica y sus variantes concluye por comprender que ya estaban presentes en el kata.»

Mabuni & Nakasone

 

«Los kata no deberían abandonarse ni ser despreciados, sino acogidos, porque es en los kata donde encontrarás algunas de las más efectivas técnicas de lucha desarmada jamás desarrolladas. Los kata son un registro vivo de los métodos originales del arte y es en los kata donde deberías mirar si deseas practicar Karate en su forma más pura y poderosa. […]

Cada kata almacena las técnicas y principios de lucha de la persona que lo creó.»

Iain Abernethy

Descifrar la correcta interpretación de las técnicas

Para aquellos realmente interesados en el Karate como Arte Marcial (“Tradicional”), es necesario investigar y profundizar para recuperar el bunkai. Los kata se deben practicar conociendo y pensando en la aplicación de sus técnicas, y no en la forma externa de las mismas. Esto es a lo que MABUNI Kenwa llamaba “practicar kata correctamente”.

«Conviene profundizar en el sentido de cada técnica mediante la comprensión de sus diversas aplicaciones concretas y de sus múltiples variaciones.»

Mabuni & Nakasone

Todos los movimientos tienen sentido

Los kata tenían un objetivo concreto que no era otro que poder utilizar sus técnicas en combate. Cada movimiento del kata está diseñado para su utilización en la lucha, para inhabilitar a un oponente en combate. Es lógico pensar que los kata no contienen técnicas ineficaces ni movimientos superfluos. Cada movimiento tiene un propósito. Lamentablemente es demasiado frecuente no conocer este propósito, pero no por ello deberíamos conformarnos con realizar un movimiento al que no le podemos encontrar sentido ni aceptar explicaciones basadas en el desconocimiento como que simplemente es un kamae (guardia). Nunca deberíamos intentar atribuir otros significados simplemente porque no entendemos cómo se aplica un movimiento.

Los movimientos del kata deben dejar al oponente en una posición de absoluta desventaja desde la que sea incapaz de continuar peleando. Deberíamos prestar particular atención a cómo se alcanza la posición final, en lugar de concentrarnos sólo en la parte final del movimiento. También se debería considerar el uso del hikite y las partes de los movimientos que a menudo se consideran “preparación” (“carga”) para la siguiente técnica.

«A pesar de la falta de comprensión completa, uno no debería asumir que los movimientos no tienen ninguna función o significado. Yo aconsejo ejecutar los movimientos, pensando en ellos, e interpretándolos a tu propia manera, concentrando corazón y alma. Ésto es práctica.»

EGAMI Shigeru

Cada técnica tiene múltiples aplicaciones

«Hay muchos movimientos en Karate. Cuando entrenas debes intentar entender el propósito del movimiento y su aplicación. Debes tener en cuenta todos los posibles significados y aplicaciones del movimiento. Cada movimiento puede tener muchas aplicaciones.»

ITOSU Ankoh

 

«En los kata existen un sinnúmero de técnicas y muchas maneras de aplicar cada una de ellas.»

Mabuni & Nakasone

Las palabras de Maestros como Itosu y Mabuni dejan claramente establecido que es incorrecto pensar que una técnica sólo se puede utilizar de una determinada manera o contra un solo tipo específico de ataque.

Permitiendo múltiples aplicaciones para un movimiento los fundadores de lo que llegó a ser conocido como Karate se aseguraron de que se podrían almacenar grandes cantidades de información en kata de longitud manejable. La utilización de múltiples aplicaciones también ayuda a asegurar una respuesta rápida en combate. Esto es porque el practicante no ha aprendido muchos movimientos diferentes para muchas situaciones diferentes, lo que sería extremadamente poco deseable ya que se tendría que procesar mucha información antes de ser capaces de decidir el movimiento apropiado. En lugar de eso, el practicante aprendería un número de movimientos relativamente pequeño que pueden ser aplicados en muchas situaciones.

Los efectos de utilizar “etiquetas”

Los nombres de las técnicas limitan nuestra comprensión de las mismas. Al etiquetar un movimiento de Karate lo estamos colocando dentro de una categoría de técnicas (uke, tsuki, uchi…) y por tanto excluyéndolo de las demás. Esto hace que al realizar la técnica sólo pensemos en la utilidad que tendría dentro de su categoría.

«Es importante recordar que muchos de los nombres dados a los movimientos del kata no guardan ninguna relación con la aplicación de ese movimiento.»

Iain Abernethy

Muchos kata terminan con “defensas”  ¿Tiene sentido terminar un combate bloqueando un ataque del adversario y no responder al mismo? Seguramente no. Si no se reduce al oponente el peligro no se ha eliminado y el combate no puede haber finalizado, por lo que estas “paradas” deberán tener alguna otra interpretación.

Alguien podría pensar que esto tiene sentido para cualquier movimiento del kata, especialmente el último, pero no para el inicial, ya que éste debe ser necesariamente una “parada”, porque “todos los kata empiezan con parada“. Todos los kata empiezan con una defensa, lo cual no significa que tengan que empezar necesariamente con una parada. Se puede interpretar perfectamente el comienzo del kata como un contraataque ante un agarre o ante un ataque del oponente que hemos esquivado o bloqueado en la fase de “carga” del movimiento (todo el movimiento es aplicable, no sólo el final) sin estar quebrantando ninguna regla, ya que la agresión la ha iniciado el oponente en cualquier caso.

Quizá detrás de la famosa frase “En Karate una buena defensa tiene los mismos efectos que un ataque” esté no sólo la idea de que las paradas deben ser tan fuertes como para dañar los miembros del agresor, sino que realmente pueden ser ataques en sí mismas.

El Karate no es solamente paradas, golpes y patadas

«Hasta el día de hoy, sólo se ha llegado a presentar ante el público de Tokyo una parte de los contenidos del Karate. En el material que se ha dado a conocer sólo figuran técnicas de atemi y de patadas. Las técnicas de yaku (torcimientos) y de nage (proyecciones) sólo se conocen a través del jiu jitsu o del judo, por lo que parece evidente que faltan conocimientos sobre el acervo original del Karate. Es una omisión lamentable que debemos reparar investigando, si es necesario, las técnicas de otras escuelas diferentes de la nuestra. Respecto a las técnicas de yaku y de nage, que nos sirven para librarnos de las presas, deberemos investigar en los kata de Goju Ryu.»

Mabuni & Nakasone 1938

«El Maestro Funakoshi explicó que muchas aplicaciones, el bunkai, eran técnicas de proyección. Pero, dijo que antes de lanzar al oponente debes darle una patada o golpe y acabar con él primero, después proyectar. El objetivo del Karate es golpear primero, no proyectar, después lanzar al oponente delante del siguiente atacante, utilizándolo como escudo.»

OKAZAKI Teruyuki

Defensas adecuadas contra ataques adecuados

En muchas ocasiones nos vemos obligados a alterar una técnica para poder hacerla funcionar ante el tipo de ataque contra el que la estamos dirigiendo. Si una técnica no funciona es porque no la estamos utilizando correctamente, y en muchas ocasiones no será problema de la técnica defensiva en sí, sino del tipo de ataque y/o la dirección del mismo. Si nos empeñamos en utilizar una técnica en una situación para la que no fue diseñada, no es de extrañar que no funcione, o que nos veamos obligados a alterarla para que lo haga.

Enbusen (línea de realización)

Embusen del kata: (por Mabuni & Nakasone)

Cuando no se conoce a fondo el significado de los cambios de dirección aparecen los errores. Por ejemplo, si en un kata aparecen ocho direcciones diferentes se podría pensar que nos enfrentamos a ocho enemigos. Pero pensar así es un error. La relación existente entre el contenido de un kata y las direcciones que éste sigue a lo largo de su ejecución es más compleja. Como es sabido, en un kata existen diferentes direcciones de acción: adelante, atrás, izquierda, derecha y otras más. Pero para comprender correctamente el significado de cada movimiento no debemos fijarnos en él de un modo aislado. Si, por ejemplo, te mueves hacia la izquierda no debes deducir que forzosamente sufres un ataque por la izquierda. Este movimiento puede deberse a dos causas diferentes:

  • para defender un ataque desde la izquierda.
  • o bien para realizar un movimiento hacia la izquierda con la intención de defender un ataque por el centro.

Ambas versiones son posibles, pero si sólo eres capaz de concebir la primera el significado del kata se estrechará. Todos los kata de Heian, del 1º al 5º, comienzan con un desplazamiento hacia la izquierda y repiten a continuación el movimiento hacia la derecha. Si aplicamos a esto la primera versión, el ataque siempre provendrá primero desde la izquierda y después desde atrás, lo cual es irracional. Pero si aplicamos la segunda versión, desplazando el cuerpo contra un ataque que viene de frente, conseguiremos una defensa más eficiente que puede realizarse desde la derecha o desde la izquierda. Este es el sentido correcto de interpretación del kata. Si practicamos ambas versiones llegaremos a comprender el sentido del kata con entera libertad.

El significado del hikite

Hikite

En Karate, al realizar una técnica, se recoge la mano que “no se utiliza” al costado. Esto se denomina hikite (mano que tira).

Desde el punto de vista de la técnica se nos explica que es la “reacción” natural a la “acción” que realiza el otro brazo, y que el puño se recoge hasta una posición neutra (junto al costado) desde donde podrá iniciar la siguiente técnica, ya sea de ataque o defensa.

Sin embargo, el hikite también tiene una función importante en el combate. En el momento de aplicar las técnicas contra un adversario, deja de tener sentido no utilizar una de nuestras armas recogiéndola al costado. La interpretación del hikite ha sido claramente explicada por maestros como Funakoshi.

«Aquí el significado de hikite, o mano que estira, es agarrar la mano atacante del adversario y tirar de ella mientras se gira todo lo posible para que su cuerpo se vea obligado a inclinarse ante el defensor.»

FUNAKOSHI Gichin

«Hiki-te (mano que tira) es una variante de kake-te (mano que engancha). En el momento en el que bloqueas el puño del oponente, coges y tiras su puño hacia ti. Al hacer eso, le atacas. El hecho de tirar de él hacia ti significa que estás inhabilitando a tu oponente de utilizar su waza (técnica) y haciéndole perder su equilibrio. Al mismo tiempo, la efectividad de tu puño aumenta; ésto es lo más importante. Es incluso más efectivo si puedes tirar retorciendo en lugar de simplemente tirar.»

FUNAKOSHI Gichin

OBATA Isao y FUNAKOSHI Gichin

Un claro ejemplo de uso del hikite.

Así pues, la aplicación del hikite es, después de bloquear, agarrar la extremidad del oponente para controlarlo, desestabilizarlo, y atraerlo con fuerza al contraatacar, añadiendo fuerza y efectividad al contraataque, a la vez que se evita que el adversario vuelva a utilizar esa mano.

Las aplicaciones de las técnicas se deben practicar

«Para llegar a entender correctamente los kata es necesario practicar kumite. […] Merced a la práctica de kumite podremos llegar a comprender el sentido adecuado de cada una de ellas y ejecutarlas correctamente. No basta con repetir indefinidamente los kata. Para llegar a comprenderlos deberemos desarrollarlos a través del kumite.»

Mabuni & Nakasone

Las aplicaciones de las técnicas se deben practicar. Primero, para ver si funcionan y son válidas, y segundo, para aprender y entrenar la manera de utilizarlas. Incluso si se conocen las posibles aplicaciones de una técnica, si sólo se practica al aire es muy probable que fracasemos a la hora de intentar utilizarla de verdad, ya que entran en juego otros factores (distancia, contacto, reacción del oponente, etc.) y no estaremos preparados para hacerles frente si no hemos entrenado para ello.

La pregunta sería “¿cómo se deberían practicar las aplicaciones?”. Las técnicas deberían funcionar contra un adversario no cooperante que realizase ataques reales. Sin embargo, estas condiciones son difíciles de reproducir en el dojo porque en la mayoría de ocasiones las aplicaciones (¡y los ataques!) son demasiado peligrosas para poder realizarlas sin peligro sobre un compañero. Por supuesto que debe haber control, pero el control inevitablemente elimina el realismo.

«Gracias a los kata se puede aprender la técnica e investigar en ella sin riesgo mortal.»

Mabuni & Nakasone