Ayer, durante la última clase de KobuDo del 2021, experimentamos el rompimiento de un Bo mientras entrenábamos. Fue un recordatorio de que este arte marcial no es para los débiles de corazón, sino para aquellos que están preparados para enfrentar los desafíos y superarlos.

El rompimiento del Bo durante un combate es un escenario común y puede ocurrir en cualquier momento. Sin embargo, lo importante es no dejar que este contratiempo te desanime o te haga desistir. En lugar de eso, debes aprovechar las dos partes del Bo y utilizarlas para continuar luchando.

La experiencia de tener un Bo roto me hizo reflexionar sobre el final de este año, que también está llegando a su fin. Al igual que el Bo partido, ¿dividiremos el año en dos partes y desecharemos lo malo? Eso no sería lo correcto, pues debemos recordar tanto lo bueno como lo malo que nos sucedió en este año y aprender de ello para seguir adelante.

El 2022 está a la vuelta de la esquina y estamos ansiosos por seguir entrenando y perfeccionando nuestra técnica en KobuDo. Debemos estar preparados para enfrentar cualquier desafío que se presente, si eso significa luchar con un Bo roto.

Así como en una batalla, cuando se rompe un Bo, no hay tiempo para detenerse y repararlo. Debemos continuar luchando con los medios que tengamos a mano, incluso si estos no son los ideales. En este caso, aunque el Bo estuviera partido en dos, cada mitad podría ser utilizado como un arma en cada brazo.

Este rompimiento del Bo fue un recordatorio de que la vida no siempre es suave y fácil, por el contrario, no dejar de tener presente que tenemos nuestra capacidad para adaptarnos y superar los obstáculos, lo que nos permite seguir adelante.

Les mandamos un fuerte abrazo a todos.