Entrenar Kobu-Do es verdaderamente inspirador, pues nos induce a remontarnos a la época, circunstancias y porqué no decirlo, a la necesidad de manipular un implemento de agricultura o/y pesca como arma propiamente tal.
A partir de ésta semana, nuestra arma elegida fue el SAI. En una clase introductoria, donde la teoría es fundamental para comprender mejor y acercarnos más a la forma de manipular y movernos con ellos como si éstos fuesen la prolongación de nuestro cuerpo, más aún considerando que para nosotros el SAI es la excepción a la regla general, en el sentido que éstos desde siempre, los hemos considerado como un arma propiamente tal.
La postura que adoptemos a este respecto nos facilitará su entendimiento y el adoptar una postura, está en íntima relación con lo que sabemos de los SAI.
Lo que sí podemos ver con facilidad, es que dada la ubicación de Okinawa geográficamente hablando, se encuentra inmersa en una zona de gran riqueza cultural, en la que el mayor conocimiento que podamos lograr respecto de ellos, nos acercará a la razón de su origen.
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