Se entiende por Kata movimientos predefinidos donde nos defendemos de varios oponentes imaginarios. En el pasado, aprender una sola Kata tomaba unos tres años de práctica y un experto de considerable conocimiento sabría unas cinco. Esto se debe a que en los primeros días del Karate el estudio de pocas cosas era minucioso mientras que hoy día son muchas las fuentes pero superficiales los estudios.

De una Kata obtendremos grandes beneficios a nivel físico y mental. A nivel mental nos ayuda a desarrollar la concentración y disciplina. Para enfatizar esto sus creadores ocultaron bajo cada movimiento una técnica que puede ser transformada, de acuerdo a cada situación o persona, en una acción totalmente eficaz. Es a través de la práctica constante que se instruye al estudiante a razonar, desarrollando su capacidad para analizar cada movimiento y/o situación, sea sensible a la técnica y finalmente pueda entenderla por su propio esfuerzo. Es la constante práctica y el tiempo que gradualmente nos ayudan a entender el porqué de cada movimiento y poder descubrir el verdadero propósito por el cual fue creado.

Aquellos estudiantes que quieran obtener el máximo conocimiento de cada Kata tienen que entrenar diligentemente, manteniendo la belleza de la técnica sin omitir todos los factores adicionales que generalmente se desvanecen ante los ojos del espectador y que superficialmente entiende el ejecutante. Aunque la estética es importante no podemos perder de perspectiva el propósito real de una Kata que es el defendernos de varios oponentes que definitivamente desean lastimarnos. Es por esto que tenemos que practicar bajo este escenario, pensando siempre que la batalla contra oponentes imaginarios es tan real como su contraparte e igualmente de peligrosa.

Para culminar con esta breve exposición del tema mencionaremos lo poco que hemos aprendido respecto a los puntos a desarrollar dentro de la práctica de una Kata y es que simplemente es llevar a ella todas las técnicas y conceptos aprendidos. Estos conceptos básicamente son postura, una respiración correcta, balance, proyección de fuerza, aceleración, desaceleración, ritmo, tiempo, estabilidad, ángulos, etc… Para poder adquirir todas estas habilidades necesitamos un gran esfuerzo para aprender y sobre todo los conocimientos de quien aprendió primero.