Para nosotros es un momento de suma importancia por dos razones. La primera, es que marca el inicio del alumno que se incorpora a nuestra Familia Yuetsu en el descubrimiento de esta disciplina. Y segundo, permite tanto a los alumnos principiantes como avanzados (que ya han participado de ella) a hacer entrega del traje de práctica al nuevo alumno, junto con palabras propias, obtenidas de sus experiencias vividas tanto dentro del Dojo como fuera de él. Palabras que serán recordadas en más de una ocasión y que se pondrán en práctica en el día a día.

En el caso de los alumnos pequeñitos, esta ceremonia está enfocada a controlar su ímpetu. En el caso de los alumnos adolescentes, a enfrentar los cambios de la vida con mesura. Y, tratándose de los alumnos adultos, a vivir la vida como vivimos el Karate-Do, enfrentando los problemas en sanchin dachi, para que en ese sentido nos asemejemos a las raíces de árboles. En todos estos casos, poniendo énfasis en ser día a día mejor ser humano, y recordando siempre que, hasta en la propia naturaleza todos los fenómenos naturales tienen una razón de ser.

Graciela Barría Brante.