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Significado. Filosofía. Disciplina

1.- EL SIGNIFICADO DEL KARATE – DO

La palabra Karate es una palabra compuesta por Kara y te. Kara significa vacío y te mano, la no necesidad de armas para nuestra defensa de aquí viene su traducción de mano vacía. Do es el camino de la humildad y desarrollo personal de la mente y cuerpo.

Las capacidades defensivas del Karate-Do son bien conocidas. Karate-Do es un arte con el cual se puede detener a un atacante con un solo golpe sin la necesidad de un arma. El valor del arte verdaderamente depende de su aplicación. Si es aplicado para un buen propósito, entonces el arte es de gran valor; pero si es mal usado, entonces sería peligroso, simplemente Karate. Es por esto que el carácter Do es la base en la enseñanza del camino correcto.

Las drogas son peligrosas, sin embargo todo médico las utiliza en sus tratamientos. Realmente el peligro de las drogas depende de su uso, pero en su correcta aplicación son de gran beneficio. Cuando un paciente recibe una receta debe entender su naturaleza y comprender su uso correcto, al igual que aquellos que aprenden y practican el Karate-Do.

Aquel que realmente entrena en el Do no cae fácilmente dentro de una pelea.

“El arte no hace al hombre, el hombre hace al arte”.

Maestro Funakoshi

 

El verdadero Karate, Karate-Do, internamente entrena la mente para desarrollar una clara conciencia la cual nos permite enfrentar al mundo, mientras que externamente desarrolla la fortaleza para poder vencer cualquier situación. Es por esto que mente y técnica deben ser uno en el verdadero Karate-Do.

Los practicantes del Karate-Do consideran la cortesía como un elemento de importancia primordial. La cortesía debe ser practicada, no solamente durante el período de entrenamiento sino en todo momento. El karateka debe someterse así mismo para recibir entrenamiento. Se podría decir que una persona presuntuosa difícilmente cualifica para practicar Karate-Do. El estudiante debe ser receptivo a cualquier crítica; debe analizar y admitir cualquier falta de conocimiento en vez de pretender saber lo que realmente no sabe.

Un verdadero karateca nunca debe olvidar la humildad mental y los modales gentiles. Los individuos pequeños de mente que buscan adquirir un poco de destreza y aquellos que tienen un conocimiento limitado, que se presentan ante el mundo como expertos de un arte que no comprenden, son portadores de una actitud meramente infantil e irreal.

Aquellos que siguen el camino del Karate-Do no deben enfocarse meramente en la perfección de la técnica. Deben dedicar su vida a la búsqueda del verdadero Karate-Do. Porque la vida a través del Karate-Do es una forma de vida, pública y privada; ya que llevamos fuera del dojo los valores más importantes de un buen ser humano: humildad, disciplina, honradez, gentileza y sobre todo una mente equilibrada para enfrentar las situaciones de nuestro diario vivir. Salvaguardando el honor de ser un buen ciudadano y un digno ejemplo para todo aquel que nos conoce.

2.- FILOSOFÍA DEL KARATE-DO

La filosofía del Karate-Do conlleva el entendimiento de que el ser humano es un eslabón más en la cadena de la vida al igual que todo lo que le rodea. Por lo tanto somos parte de la misma fuerza, co-dependientes e interrelacionados. A través de la práctica del Karate-Do, la persona eventualmente superara los elementos negativos de su personalidad y despertará a una nueva forma de pensamiento. Estos malos elementos, no permiten mejorar la habilidad para buscar, crear ni mantener un ambiente de perfecto balance. Para poder llegar a este balance tenemos que alejarnos del yo para poder convertirnos en parte del todo.

Uno de los principios básicos del Karate-Do es el entender y poder controlar todo nuestro cuerpo a través de nuestra mente. Donde el razonamiento es nuestra primera línea de defensa. Esto implícitamente indica que el practicante debe estar provisto de una mente disciplinada, formada dentro las enseñanzas básicas del antiguo código de conducta Samurái, conocido como Bushido. Aquel que utilice de forma incorrecta las técnicas adquiridas no es un verdadero practicante del Karate-Do, lo único que hace es deshonrarse así mismo, rompiendo la armonía natural de nuestro mundo inmediato. Es importante mantener una actitud de gentileza y calma para poder vivir en armonía entre las personas creando el camino de la paz. Karate-Do no es sólo para adquirir ciertas habilidades físicas sino también es para adquirir la maestría en el arte de ser un buen ser humano.

El Karate-Do busca ser como el agua que ocupa cualquier envase sin importar su forma, no como el hielo que en su rigidez solamente acopla a su molde original. Nuestra mente tiene que ser flexible para poder amoldarnos fácilmente a cualquier elemento exterior y poder trascender mental y físicamente. El Karate-Do más que un deporte, que un programa de acondicionamiento físico o un arte de expresión corporal es una forma de vida que encierra ideas y conceptos de una antigua sociedad oriental que busca llevar al ser humano a la aceptación de si mismo y poder llegar al máximo de sus capacidades espirituales, mentales y físicas.

La confrontación física envuelve tres conceptos importantes: tsuki no kokoro (mente clara como la luna), mizu no kokoro (mente que refleja como el agua) y mu no kokoro o mu shin (mente sin pensamientos). Mientras estamos preocupados por la victoria, la derrota, el temor a nuestro oponente o en cualquier otro asunto, en ese momento nuestros pensamientos son como nubes que no nos permiten ver la clara silueta de la luna, nuestro oponente. Estas nubes actúan como factores adulantes de nuestra capacidad de percepción a causa de nuestros demonios internos. Viendo claramente a nuestro oponente pasamos a ser como el agua clara que refleja un objeto, así que vemos claramente los movimientos de nuestro contrincante sin esfuerzo alguno. En el momento que respondemos al ataque, pasamos a la última faceta donde nuestra mente actúa de forma natural, en forma puramente intuitiva donde no hay pensamiento predefinido sino acción. En ese momento es como la mente de un niño, libre de palabras difíciles o experiencias complicadas, una mente que ve, oye y acepta todo lo que le rodea tal cual es sin distorsión de lenguaje o lógica. La persona que domina el mu no kokoro absorbe el movimiento del contrincante y lo convierte en uno de sus movimientos, como la corriente fuerte de un río que absorbe la más débil para convertirse en una aún más poderosa. Es por esto que el practicante del Karate-do puede bloquear y atacar al oponente de acuerdo a la necesidad, lo cual significa que el o ella ejecutan esto sin conciencia o esfuerzo razonado. Según Tom Muzila: “El estero nunca fluye hacia atrás. El agua pasa y pasa, pero la Luna no se mueve. En un combate o encuentro la mente debe ser como la Luna, mientras que el cuerpo y el tiempo pasan y pasan como el agua del estero.”

La meta del Karate-Do es enseñar a reaccionar de manera natural sosteniendo un estado de calma ante cualquier situación. “De la misma manera que un espejo limpio refleja sin distorsiones, o el silencioso valle que devuelve los sonidos, de igual manera uno que quiera estudiar Karate-Do debe liberarse de todo pensamiento egoísta y malvado, pues sólo con una mente y conciencia limpia le será posible comprender aquello que recibe.” El Karate-Do nace y evoluciona dentro de la filosofía del Zen y entre otras cosas busca reencontrar al hombre con su perdida naturalidad para retornar a los orígenes de su espíritu. Aunque esto suene simple y obvio es de hecho una tarea bastante difícil. El recobrar la naturalidad requiere de un largo entrenamiento y constituye un gran logro espiritual. Es por esto que grandes maestros decían que aprender Karate-Do sin las enseñanzas del Zen hacían del Karate una experiencia hueca.

“Usted podrá entrenar por mucho, mucho tiempo moviendo manos y piernas, dando brincos como un títere, aprender karate no sería muy diferente de como aprender a bailar, fallando en no prestar atención a lo más importante, a la esencia del Karate-do.”

Gichin Funakoshi

Sólo una persona con un ideal superior encontrará el karate lo suficientemente interesante como para preservar en lo riguroso de su entrenamiento. Aquellos que tienen tal ideal, averiguan que mientras más duro entrenan más fascinante se hace el arte y más bella ven la vida.

En relación a quien es nuestro enemigo debemos hacernos eco de esta enseñanza. Al preguntar su maestro -¿Quién es nuestro enemigo?- el estudiante contesto -nadie-, el maestro pregunto entonces -¿Por qué?- y el contestó -porque las palabras yo odio no existen-. El karate no busca la concentración absoluta en un punto u objeto, ya que concentrándonos solamente en este omitimos la belleza que existe a nuestro alrededor.

3.- LA DISCIPLINA DEL KARATE-DO

La mayoría de las personas erróneamente entienden por disciplina cualquier deporte que requiera entrenamiento y solemos oír decir la disciplina del boxeo, de la esgrima, etc… Pues bien esta palabra va más allá y me explico en lo que al Karate se refiere.

Cuando nos establecemos una meta, que en este caso es mejorar, tenemos que enfocar todas nuestras fuerzas físicas y mentales para lograrlo. No empleamos determinación pues la determinación proviene de un estado meramente emocional y no de la mente consiente. Para lograr el objetivo impuesto haremos todo lo que haya que hacer, guste o no nos guste. Es durante este proceso que nace la disciplina, a veces sin darnos cuenta, sólo aparece. Al aparecer comienza otro proceso en el cual esta se interna, se funde a nosotros y es aquí donde entonces realmente empezamos a caminar el camino del Karate-Do.